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AVE MARÍA

AVE MARÍA

AVE MARÍA

Dios te salve María llena eres de gracia, El Señor es contigo; Bendita tú eres entre todas las mujeres, Y bendito es el fruto de t...
Commentarios abril 18, 2017
Oración por  nuestros legionarios

Dios te salve María llena eres de gracia,
El Señor es contigo;
Bendita tú eres entre todas las mujeres,
Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
Ruega por nosotros, pecadores,
Ahora y en la ahora de nuestra muerte;
Amén. 


Referencias Bíblicas

   « El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”» Lucas 1,28 

   Notar en el siguiente pasaje como Isabel inspirada y siendo judía, declara que María es la Madre del Señor, es decir la madre de Yahveh o Dios. Yahveh es la Santísima Trinidad, tanto el Padre como el Hijo y el Espíritu Santo son Yahveh, comparten la misma y única naturaleza divina.

   « Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? » Lucas 1,41

   La intercesión es un elemento fundamental dentro de la oración Cristiana, desde los primeros tiempos se ruega por los otros hermanos en la fe, la única razón por la cual María no pudiera interceder por nosotros sería que estuviera condenada y desde lejos ese no es el caso, para quien está llena de gracia y libre de toda mancha, por todas las generaciones es decir por toda la eternidad su título es y será bienaventurada (cf. Lucas 1,48), que quiere decir que está en presencia del Señor por días sin termino. Veamos algunos ejemplos de intercesión en la Iglesia primitiva:

   «Finalmente, hermanos, rueguen por nosotros, para que la Palabra del Señor se propague rápidamente y sea glorificada como lo es entre ustedes» 2 Tesalonicenses 3,1 

   «Simón respondió: “Rueguen más bien ustedes al Señor, para que no me suceda nada de lo que acabas de decir”» Hechos 8,24 

   Nosotros y especialmente nuestra madre celestial la Virgen María, la llena de gracia (cf. Lc 1,28) y eternamente bienaventurada (cf. Lc 1,48), refleja como en un espejo, la gloria del Señor (cf. 2 Co 3,18). Nadie le quita gloria al Señor de ninguna manera cuando por ejemplo intercedemos unos por otros (cf. St 5,16) u honramos a nuestros padres carnales (Efe 6,2). De hecho al honrar a nuestra Madre celestial, glorificamos a Dios, pues no hacemos más que dirigirnos a ella con las mismas palabras con las que la honró Dios a través de Gabriel y aprovechamos en solicitarle que interceda por nosotros.

***PARA APRENDER:***

   La segunda parte de esta oración comenzó a aparecer en la Iglesia en el siglo XIV, pero su uso no se hizo universal hasta que San Pío V, al promulgar el Breviario Romano en 1568, mandó que se rezase:
“Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”

   Una alabanza y una súplica sentida y humilde.

Explicación

· Ave: ¡Dios té salve! ¡La paz sea contigo! Así saludaba Cristo a los suyos.
Hoy correspondería en lenguaje cristiano a estas expresiones populares y devotas: “Dios le guarde, buenos días nos dé Dios, vaya con Dios, quede con Dios, adiós” Es tener presente a Dios en todo, estar bajo su mirada y providencia.

· María: la más bella música que han podido formar cinco letras (Pemán). Es una palabra dulcísima, la más tierna y entrañable para un cristiano.
María significa: “Señora”, “Belleza”, “Estrella del mar”, con todo lo que significa “Estrella”: guía, amparo, refugio, esperanza, consuelo, socorro. María es Estrella.

Así como la Estrella guía al navegante al puerto, así María nos guía al cielo.
Así como la estrella da aliento y esperanza, así María nos da fuerza.
Así como la estrella en medio de la tempestad consuela, así María nos alegra en nuestras luchas.

   La Virgen es nuestra Estrella del mar, que disipa las nubes de los engaños y errores con que nos seduce el demonio.

   Por eso, el nombre de “María” debemos tenerlo frecuentemente en los labios y en el corazón.

   También María significa “Mar amargo”, por la inmensidad de sus penas en la pasión de Su Hijo, por la ingratitud de los pecadores, por la tristeza de su condenación.

· Llena de gracias: significa abundancia, posesión, permanencia, estado. Llena de gracias en el alma, para obrar de gracia, es decir, de santidad, llena de gracia porque fue habitada por Dios.

· El Señor es contigo: indica la presencia de Dios activa y eficaz para la misión encomendada. Esta presencia llena de gozo y alegría. Dios está con Ella. Está invadida de Dios.

· Bendita tú entre las mujeres: por ser la Madre de Dios, escogida y preferida… por ser madre y virgen, única entre todas las mujeres… por ser concebida sin pecado original… por ser más santa que todas las mujeres santas del mundo. Por eso, sólo a ella le han levantado en toso el mundo altares, templos y ermitas.

· Y bendito el fruto de tu vientre: es Jesús ese fruto. Es un fruto hermoso, sabroso, suculento, suave. Quien lo come quedará saciado. El fruto que nos ofreció Eva fue un fruto de muerte. María nos ofrece el fruto de la Salvación. La fragancia de este bendito fruto, viene exhalada en la Eucaristía.

· Jesús: palabra que añadió la Iglesia al final de la 1° parte del Ave María Jesús significa la salvación de Yahvé.

· Santa María, Madre de Dios: Así comienza la 2° parte. Santa, Santa porque cumplió fidelisimamente la voluntad de Dios en todo. Ser santos, para eso vinimos a la tierra. Y es Madre de Dios, no madre de un serafín o de un querubín. Madre del Soberano Dios.

· Ruega por nosotros: que estamos desterrados en este valle de lágrimas… que somos pecadores… que estamos tentados.

· Pecadores: somos pecadores, lo contrario que ella. Pecamos con los ojos, por inmodestia; con el oído, por oír conversaciones vanas: con la lengua, por hablar mal; con el paladar, por gula en los manjares; con la fantasía, por imaginaciones peligrosas; con el entendimiento, por pensar mal, con la memoria, por recuerdos nocivos; con el corazón por malos deseos.

· Ahora: en este día, en esta hora en este momento de luz o de oscuridad, de paz o desasosiego, de tentación o de calma. Ahora, cuando camino, cuando me subo al autobús, cuando voy al trabajo, cuando salgo de vacaciones, cuando descanso.

· Y en la hora de nuestra muerte: que no sabemos cómo será, si cuándo será, ni cómo nos sorprenderá. Es ese momentos el demonio nos traerá el recuerdo de nuestros pecados pasados, el rigor de la justicia divina y la memoria del desprecio de tantas gracias. En la hora de nuestra muerte, cuando el dolor de la enfermedad no nos permita acudir a ti, que tengamos a nuestro lado a un sacerdote que nos absuelva, que nos administre el Viático y nos dé la Unción de enfermos y nos recomiende el alma, y así demos el último suspiro pronunciando tu santo nombre y el de tu Hijo Jesús. Quien reza fervorosamente el avemaría tendrá la gracia de una santa muerte. No olvidemos al acostarnos las tres Avemarías, prenda segura de una buena muerte.

· Amén: así es. Así lo creo

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